-Oye, sabíamos que haríamos esto desde que Johnny te trajo inconsciente-dijo Lindsay.-¿Podemos empezar ya?-preguntó con impaciencia.
-Paciencia, Lindsay-se impuso Stephenie.-Tenemos todo el día.
-¿Día?-pregunté en voz alta sin querer. Johnny me había capturado a medianoche.
-Oye, guapa, tu primer desmayo duró bastante tiempo-comentó con desgana Lindsay.-Son las nueve de la mañana.
-Mea culpa-dijo apesadumbrado Johnny. Supe que lamentó haber tenido que pegarme.
-Bueno, empecemos-lo interrumpió Stephenie.- Responderemos tus dudas.
-Estooo...-pensé una pregunta que pudiera plantearles.-¿Qué pasó cuando desapareciste?-le pregunté a Stephenie.
-Bueno, es una historia muy larga...
-Oye, Steph, tenemos muchísimo tiempo, ya lo sabes-dijo Rihanna, risueña, y todos soltaron una risita sofocada.-Además, Lindsay y Dakota aún no han oído la historia contada por ti.
-Sí, sólo hemos oído el pésimo resumen de Johnny-susurró Dakota en voz baja, aunque audible.
-¡Oye!-exclamó Johnny, intentando parecer indignado pero sin poder casi contener la risa.
-Bueno, ya vale. Os lo contaré-Stephenie tomó aliento y comenzó su historia.
-Veréis, todos sabéis que yo desaparecí un par de meses. Pues... fue porque unos vampiros me raptaron.
-¿¿Ehh??-interrumpí sin querer. Era lo que menos me esperaba que dijera. Stephenie me miró severamente.-Lo siento, continúa.
“Aquí todos habéis leído o al menos visto todas las entregas de Crepúsculo. Os acordáis de los Vulturi de la novela, ¿no? Pues el equivalente a los Vulturi de Italia son los Praiestiev, de Rusia. Y son mucho, muchísimo peores que los Vulturi. Pues los Praiestiev me raptaron. Al parecer mi novela se parecía sospechosamente a la vida real. Por supuesto estaban enfadados. Me querían matar. Me tuvieron un mes entero encerrada en una celda con mucha comida y agua. Me estaban cebando-tragué saliva.-Pero yo comía poco. Y, esto parece irreal, uno de los guardias de mi celda se enamoró de mí. Conversábamos siempre, porque él siempre estaba de turno. Él era leal a los Praiestiev, pero no estaba de acuerdo con el castigo que me habían impuesto. Él era el único que había accedido a escucharme, y me creía. Él tenía una habilidad especial para ver la verdad en los ojos de la gente. Y una noche, él...”-Stephenie suspiró y Lindsay soltó un bufido. Sin duda veía las imágenes que pasaban por su mente.-”...se me declaró. Dijo que estaba enamorado de mí y luego quiso irse. Pero resulta que yo también le quería. Se quedó conmigo. Todo el día nos lo pasábamos hablando. Él supo cada detalle de mi vida, yo de la suya. Entrelazábamos las manos a través de las rejas y las dejábamos así horas... Un día un guardia superior bajó a las celdas para decirnos que me matarían en tres días. Él entró en pánico. No quería que yo muriera en ningún caso. Así que me mordió.”
Stephenie guardó silencio unos segundos.
-¿Sufriste mucho?-pregunté en voz queda.
-No-la sonrisa comprensiva de Stephenie me sorprendió.-De hecho, no duele. Sólo que te quedas como en coma. Es lo que me dijo Paulo. Yo sólo sentí cuando él me mordió en la muñeca, y sólo me dolió un segundo. Después todo se desvaneció y lo siguiente que recuerdo fue despertarme ya convertida. Y en portugal. Paulo me había llevado a Portugal.
1 comentario:
Guau!! Que suerte que se enamorara, sino ahora estaría muerta... Pon pronto el siguiente!!
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