Si nos íbamos a pasar la vida viajando para huir de ésos, yo la verdad prefería no formar parte del grupo. Pero cada vez que ese pensamiento cruzaba mi mente, Lindsay me respondía que ya estaba dentro y ya no podría huir de aquella historia, ya yo formaba parte de aquello. Así que me resigné y llené una maleta con las cosas que me habían traído Kris y Rob días atrás.
La más afectada con la mudanza era Vanessa. Apenas acababa de llegar a casa y ni siquiera le había dado tiempo a deshacer su maleta. A ella no le gustaban los viajes y por eso había rechazado ser cantante. Pero ahora tenía que tragarse todos los viajes que hiciéramos, por su salud y por la de Zac. Me parecía injusto, pero necesario.
Stephenie y Paulo no aparecían. Aunque Johnny y Lindsay se pasaban el día con cara de haber chupado un limón, así que no era difícil imaginar qué estaban haciendo aquellos dos.
Dakota no le dirigía la palabra a Vanessa ni a Zac. De hecho yo era la única con la que ella hablaba tranquilamente. A pesar de que todos en la casa intentaban que la inserción de Vanessa fuera una acogida cálida, el humor de Dakota no ayudaba y Vanessa no se sentía en familia. Aquella situación era muy delicada, y aunque se debía dejar que las cosas fluyeran con calma, tenía ganas de hacer algo, pero ¿qué?
Todos pensando en Dakota y Vanessa y llegó el segundo día. Ya todas nuestras pertenencias básicas estaban acumuladas en el hall, delante de la puerta, y estábamos todos sentados a la gran mesa, Dakota a mi izquierda, Vanessa a mi derecha, una con la mirada perdida, la otra devorando las tortitas con caramelo, yo en medio de toda aquella tensión... No tenía apetito, pero dejé el plato limpio porque sabía que tal vez hoy no volvería a comer.
-¿Habéis terminado?-preguntó Rob, impaciente.
-Sí-dijimos Vanessa y yo a coro.
-Pues despedíos de la casa-murmuró Stephenie.-Chicos, ayudadme a llevar el equipaje al coche.
Stephenie salió, seguida de Johnny, Rob y Zac. Nos quedamos en silencio.
El aire se podía cortar con un cuchillo.
Lindsay, Rihanna, Kristen y Vanessa se levantaron y se fueron, a ayudar a los demás. Dakota y yo nos quedamos solas.
-Echaré de menos este sitio. Donde vayamos a lo mejor no tendré un refugio donde esconderme del mundo.
-¿Por qué tienes que esconderte? No eres un monstruo-ella me miró, escéptica.
-¿Ah no?
-No. Eres una chica muy guapa, actriz para colmo. Deberías estar orgullosa.
-Pues no lo estoy.
-¿Por qué?
-No lo sé. Porque fui tan tonta como para prendarme de un chico con novia.
-Olvídalo. Si él no te quiere a ti más que a nadie, entonces no merece la pena.
-Ya lo sé pero es difícil olvidar algo así.
-Lo sé-la abracé.-Pero sé que tú lo vales.
-Vale. Vámonos ya.
-Sí.
Nos levantamos y caminamos abrazadas hasta la gran puerta del salón. Miré hacia atrás.
-Mira, ahí está el sillón donde me atasteis la primera noche. Y esa era la ventana por la que os espié-sonreí.-Y ahí está el sofá con la marca de los dientes de Lindsay.
-Sí...
-Voy a echar de menos esta casa.
-Yo también.
-Venga, vámonos.
4 comentarios:
Hey!! tienes un premio en mi blog Elissabetha Cullen!!
Muy bueno el capitulo! porfavor escribe rapidoo! y pasate por mi blog Ballerina Shoes...si tienes tiempo...Un Beso!
Holaaaaaa ^^
Pues me encantó la entrada, esta cada vez más interesante jeje
Escribe pronto, pliiissss
Besos ^^
Mi blog te tiene una sorpresa...te pasas por ella??
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