Cuando ellas volvieron, nosotros ya habíamos dividido todo el equipaje en tres partes que pesaban más o menos lo mismo (lo comprobé personalmente) y también nosotros nos habíamos distribuido en grupos. Por supuesto Dakota y Vanessa y Zac iban en coches separados, y Johnny y Lindsay juntos, para evitar aburrimientos. Dakota y yo juntas... Rob y Kristen, Stephenie y Paulo... Un auténtico puzzle ponerlos a todos bien. Pero gracias a las dotes ajedrecísticas de Johnny y Kristen lo conseguimos.
Para cuando Stephenie y Vanessa habían llegado, ya el BMW negro y el Mini azul marino estaban cargados, y las personas y equipaje sobrantes estaban fuera, esperando.
Teníamos un sistema para comunicarnos de coche a coche. Cada copiloto tenía dos walkie-talkies, y teníamos nombres. El coche de Stephenie era Murciélago, el de Kristen era Mar, y el de Vanessa, rojo intenso, era Fresa.
La autopista hasta el aeropuerto internacional era de veinte km, y mientras llegábamos estuvimos haciendo estupideces por el walkie-talkie. Como la ocurrencia de Johnny: “Fresa, ¿¿quieres nata??” y la respuesta de Dakota desde el coche de Stephenie “¡Ricoo! Me gustan las fresas con nata”. La frase del día.
Cuando llegamos al aeropuerto, Stephenie y Paulo nos estaban apresurando. Sólo ellos sabían a dónde íbamos, y por lo visto el avión salía en quince minutos. Una mirada a la pantalla de salidas me aseguró que volábamos a Dubai. O Tokio. ¿O tal vez Nueva Zelanda? Quizá Siberia. Salían tantos aviones dentro de quince minutos que sospeché que chocarían.
Después de facturar el equipaje y pasar por los rayos X entramos a la zona tiendas y aún nos quedaban diez minutos, así que Dakota, Kristen, Stephenie, Vanessa y yo corrimos a comprarnos un Toblerone gigante y un perfume cada una, que en el aeropuerto salen muy baratos. Yo me compré uno floral de Ágatha Ruiz de la Prada y Dakota consiguió Halloween. Vanessa se compró una fragancia bastante pegajosa llamada Beso, de Ágatha Ruiz de la Prada. La verdad es que ese perfume era tan parecido a su dueña... dulcísimo y empalagoso.
Fuimos corriendo como alma que lleva el diablo a las puertas, a buscar a los chicos, que se habían ido sin nosotras. Los encontramos por fin. Stephenie estaba con ellos.
-¿A dónde iremos, Steph?-ella rebuscó en su bolso y sacó un fajo de billetes de avión, y los miró atentamente.
-¡En cinco minutos! Vámonos.
Nos levantamos y fuimos a una cola larguísima que estaba a punto de embarcar. Intenté fijarme en los pasajeros para averiguar a qué parte del mundo íbamos, pero fue imposible adivinar. Había de todo, chinos, negros, indios, blancos...
Embarcamos y subimos a un gran avión, de esos de dos pisos. El avión tenía el techo azul y la moqueta era amarilla neón. Los asientos eran de colores rosa, naranja y violeta, y más colores del arcoiris. ¿Pero qué clase de avión era éste?
La gente se fue sentando y se fue calmando poco a poco el ambiente. A mí me tocó un asiento verde moco, a Dakota y Kristen, que se sentaban a ambos lados, les tocó respectivamente uno blanco y uno azul neón.
Despegamos casi enseguida y me levanté y fui al asiento de Stephenie. Ella me vio parada delante, con los brazos en jarra y con una mirada inquisitiva.
-¿Qué pasa?
-Uno, quiero saber a dónde vamos. Dos, quiero saber cuánto durará el vuelo. Y tres, qué demonios vamos a hacer en ese lugar.
-Vaya, estás realmente enfadada-me miró algo sorprendida.-¿Acaso no soportas la intriga?
-La soporto en algunas ocasiones.
-Ésta no es una de ellas.
-No.
-Está bien...-Stephenie suspiró.-Uno, vamos a Asia.
-¿Qué parte?-Stephenie me miró malhumorada.
-El este.
-Una gran pista.
-Dos, el vuelo durará más de diez horas.
-Este de Asia, atravesar el Pacífico no lleva diez minutos precisamente.
-Eso mismo. Y la tercera...-miró dudosa a Paulo, que negó con la cabeza.-No sabemos.
-Sí sabéis, sólo que no queréis decírmelo, ¿o creéis que soy ciega?
-Oye-Paulo me cogió por el cuello de la camiseta y tiró bruscamente hasta que su boca quedó al lado de mi oreja.-No vamos a decirlo en voz alta. Puede haber espías, y sabemos de sobra que nos pueden oír si están en cualquier parte de este avión. Así que deja de fastidiar y ten paciencia, ¿vale?
Me erguí y borré de inmediato la cara de susto que se me había quedado al oír la amenazante voz de Paulo a unos centímetros de mí.. Lo miré con altanería y volví a mi asiento.
Kristen y Johnny jugaban al ajedrez, cómo no, y como yo estaba a la izquierda de Kristen y Rob también quería estar a su lado todo el vuelo, la mesa de ajedrez era el mismo Rob.
Dakota parecía estar leyendo con mucha atención Harry Potter y la Piedra Filosofal, pero en cuanto me senté a su lado cerró el libro bruscamente y me miró ansiosa.
-¿Qué pasa?-la miré, un poco asustada.
-¿Vamos a tener otra charla psicológica?
-Emm...-miré mi mochila, entreabierta en el suelo. En su interior podía ver el borde de mi iPod verde. Suspiré. Dakota miró hacia donde miraban mis ojos y el desánimo se reflejó en su rostro cuando vislumbró el iPod.
-Ah...-dijo, triste.-Ya veo que no estás de humor.
-¡No! Vamos a hacer algo juntas. Pero no otra charla.
-¿Entonces qué?
-Humm...¿que tal si inventamos un juego con la ayuda de nuestro amigo...-Rob me miró sospechosamente, pero yo me agaché y cogí un CD de mi mochila.-...Jason Mraz?
-Te pasas hablando de ese tío.-murmuró Dakota.
-Pues ahora vas a ver. ¿Te sabes las letras de las canciones, no?-ella asintió.-Pues vamos a inventar letras nuevas.
-Interesante propuesta. Vamos con I'm Yours ¿sí?
-Vale. Vamos con la segunda estrofa, ¿sí?
-Vale-respondió Dakota entre risas.
-A ver...-saqué mi portátil y abrí el Microsoft Word.-Díctame la letra original.
-¿Segunda estrofa?
-Sip.
-Well open up your mind and see like me, open up your plans and damn, you're free, look into your heart and you'll find love, love, love, love...-cantó ella muy suavemente.
-Con eso nos vale. Buena voz, por cierto.
-La tuya mola más.
-Oh, venga ya.
-Que sí, que eres la ostia imitando a Jason Mraz.
-Ay, gracias-la miré afectuosamente.
-De nada, mujer. Bueno, vamos con la transformación. Tú haces hasta free, y yo el resto.
-De acuerdo. Veamos...-y empecé a escribir en la portátil.-Well open up your mind and be like me...
-No la has cambiado mucho.
-Ya verás. Well open up your mind and be like me, open up your ass and damn, you're gay!
-¡¡Jajajajajaja!!-Dakota soltó una sonora carcajada y algunos pasajeros la miraron con recelo.-Lo siento. ¿¿Abre tu trasero y sé gay?? La has clavado, hija.
-Te toca.
-Look into your heart and you'll find love, love, love, love... veamos cómo cambio eso.
-¿Qué te parece “Go to a gay club and you'll find boys, boys, boys, boys...”?-se metió de lleno Vanessa en la conversación. Dakota se metió un puño en la boca y comprendí que estaba llorando de la risa, como yo.-Veo que os ha gustado.
-Rob sabe tocar la guitarra, en un pispás se aprenderá la melodía de I'm Yours y podréis cantar eso-comentó Kristen, distraída.
-Jejeje, sí, vamos a cambiar toda la letra-respondió Vanessa y se sentó al lado de Dakota. Me quitó la portátil de las manos y escribió la nueva letra.-¿Qué hacemos con la primera estrofa?
Y así nos pasamos la mitad del vuelo inventando letras idiotas entre las tres. Cuando terminamos la canción de I'm Yours y la de Lucky, las dos de Jason Mraz, las tres caímos en un sueño profundo y apacible, todas juntas bajo la misma manta.
1 comentario:
jojo! Amo, amo tu blog!!!
Y tambien amo a Dakonta Fanning!! UUU
me reí mucho con tu cancion XD
Escribe prontoo!
Un Besoo!
Publicar un comentario